Nada existe que no sea integrado
en las leyes de una resonancia universal
que rige todos los armónicos entre el macrocosmos, el hombre y
el microcosmos.
Salir de sus limitaciones terrestres, es acceder a la amplitud de su identidad
cósmica.
Participando concientemente en esta resonancia universal, podemos unirnos
a la gran fraternidad cósmica por un contacto telepático
o formal con las civilizaciones avanzadas.
|