PURIFICACIÓN

Cuando se habla de purificación, uno puede preguntarse por qué es tan importante..

El que tiene por objetivo elevarse espiritualmente y acordarse con dimensiones de conciencia superiores, comprenderá la importancia de prepararse energéticamente para dialogar con esos niveles. Si quiere entrar en resonancia con energías más finas, tendrá que crear una cierta armonía en sí mismo y desprenderse de las condensaciones del plano material.
Este trabajo debe ser hecho en todos los niveles: inferior, interior y superior.
En efecto, si la purificación física es importante para instalarse en un entorno energético favorable, hay que tener también en cuenta otros aspectos de la naturaleza humana.

Para empezar, uno debe pensar en tratar las bases subyacentes al cuerpo físico. Como una planta que se alimenta por medio de las raíces en el suelo, el ser humano extrae su fuerza de los planos inferiores que debe controlar para no dejarse invadir por energías demasiado explosivas. En efecto, con frecuencia y por una falta de maestría de su potencia basal, es llevado a comportarse de un modo violento, colérico o demasiado expansivo, y tales comportamientos le impiden totalmente la resonancia con los planos superiores.

Mediante un continuo trabajo sobre sí mismo, él puede llegar a comprender mejor el funcionamiento de esas energías en bruto, para aprender a transformarlas y desprenderse de actitudes impropias en un trabajo espiritual. Es así como podrá, progresivamente, canalizar esas energías vitales gobernadas, surgidas de esos planos inferiores, para alimentar los niveles superiores de su naturaleza.

La purificación física interviene a continuación como una evidencia para el que desea elevarse. Una de las condiciones indispensables es adoptar un modo de vida que despeje al cuerpo físico y lo vuelva susceptible de resonar con niveles más sutiles.

Ahora bien, la ingesta de sustancias nocivas como el tabaco, el alcohol o las drogas, vuelve pesado a nuestro cuerpo y oscurece nuestra conciencia. Por otra parte, un régimen vegetariano se digiere más fácilmente y genera menos toxinas en el cuerpo. Existen numerosos argumentos dietéticos para privarse de carne.

Pero desde un punto de vista energético, elegir una vida más sana permite igualmente extraerse de sistemas económicos y humanos muy bajos, para integrar energías más luminosas, aptas para alimentar a nuestra alma y nuestra conciencia. Hay que considerar que, por ejemplo, los consumidores de carnes son responsables de las condiciones en las que los animales son criados y muertos, ya que mantienen este mercado siendo que muy pocos serían capaces de matar el animal que ingieren. Kármicamente ese es un peso suplementario que el ser humano se agrega cuando decide poner fin a la evolución de esos animales. En la medida en que uno puede privarse de carne para vivir, es más sabio evitar el tener sobre su conciencia el peso de tales cargas energéticas, y no consumir lo que no se es capaz de procurarse.

Por otra parte, si uno se ubica a nivel psiquico, uno ve que la purificación tiene allí también un sentido. El psiquismo del ser humano es el fruto de todas las influencias que soporta desde su infancia y de todo lo que absorbe a través de su educación, los medios, las lecturas y las relaciones que mantiene con los seres que frecuenta. Es interesante, entonces, analizar lo que se considera como favorable y útil para su evolución dentre de todo lo que ha registrado. Algunos conceptos constituyen condicionamientos que limitan sus capacidades de percepción y puede sentir lnecesidad de deshacerse de ellos ya sea a nivel espiritual, religioso, político, social, científico o cultural. Conseguir los medios de informarse le permite progresivamente liberarse de esas limitaciones que lo aprisionan en un personaje incompleto. Por otra parte, sus pensamientos son con frecuencia influenciados por reacciones impulsivas o afectivas que tiene frente a la violencia de ciertos films o ciertas informaciones que recibe. Es importante, entonces, no alimentarse sistemáticamente con ese tipo de energía, tomar suficiente distancia como para seleccionar lo que el ser ingiere de ese modo y prestar más atención a fuentes de inspiración que elevan su alma. Podrá así generar pensamientos más positivos que alimenten los planos superiores más elevados de su personalidad.

Finalmente, deberá seleccionar las informaciones que recibe de los niveles invisibles. No todo lo que el ser humano percibe de esos planos proviene de altas jerarquías que actúan para el bien de la humanidad. Solamente con precisión interior y un trabajo de elevación constante el ser podrá discernir y ponerse en resonancia con las energías más positivas.

Entonces, si ha trabajado lo suficiente para despejarse y purificar a su ser en los diferentes niveles, él emanará cierta cualidad vibratoria que atraerá hacia él personas y energías de igual calidad. Entrará en contacto sutil con niveles muy evolucionados de conciencia que lo reforzarán en ese trabajo de elevación que ha decidido realizar. El esfuerzo de maestría y purificación se volverá así una forma habitual de vida, de la cual podrá evaluar los beneficios cotidianamente.